jueves, 25 de octubre de 2012

Traumatismo de Pelvis y Fémur



Las fracturas de pelvis constituyen del 2,5% al 5% de la totalidad de las fracturas en el niño o del 0,5 al 7% de los niños referidos a centros de trauma pediátricos regionales nivel 1El diagnóstico de éstas se realiza a través de radiografías simples en su gran mayoría, sobre todo cuando se trata de fracturas de tipo no expuesta. El tratamiento en estos tipos de traumatismos se va a deber a la gravedad de cada traumatismo, en general, el tratamiento es de resolución quirúrgica por un traumatólogo infantil.

Traumatismo del Anillo Pelviano:
Estas fracturas se pueden clasificar en abiertas o cerradas, y también bajo la clasificación de Key y Conwell en Tipo I: sin ruptura del anillo pelviano, Tipo II: ruptura simple del anillo pelviano, Tipo III: doble ruptura del anillo pelviano, Tipo IV: fracturas aisladas del acetábulo. La mayor complicación es el riesgo de hemorragia, pero la mortalidad de este tipo de fracturas es mucho menor en niños que en adultos.

Luxación Traumática de la Cadera:
Es mucho menos frecuente en niños que en adultos. En niños, la luxación traumática de la cadera se relaciona con trauma de alta energía, aunque en menores de 6 años la cadera puede luxarse con un trauma menor, como un empujón por detrás mientras el niño está de pie. Su clasificación puede ser anterior, central, posterior o inferior.

Fracturas de Cadera:




En cuanto a la fractura del cuello del fémur es un traumatismo muy violento, poco frecuente y grave. El tratamiento es la reducción cerrada, con fijación interna con tronillos percutáneos, además del uso de yeso Pelvipedico por 3 meses aproximadamente. En la Luxación Traumática Cadera es más fácil en flexión y abducción, la fuerza necesaria es menor. Su tratamiento debe ser dentro de las primeras 8 horas.




Fracturas Diafisarias Femorales:
Las fracturas pueden resultar de lesiones sobre la diáfisis del fémur directas o indirectas. Las lesiones por mecanismo directo se observan en niños que han sufrido atropellos, precipitaciones, etc… asocia con frecuencia lesiones en otras localizaciones. Las lesiones por mecanismo indirecto son también frecuentes. La fuerza suele ser por flexión o por torsión produciendo fracturas con trazo oblicuo o espiroideo. En los niños muy pequeños esto puede ocurrir con traumas menores, como es el producido al quedar atrapado el pie y acompañarse de rotación de la pierna.

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