jueves, 25 de octubre de 2012

Traumatismos de cintura escapular y miembro superior



HOMBRO Y BRAZO  (Fracturas de la clavícula)

La fractura de clavícula en la edad infantil es frecuente suponiendo alrededor del 10 - 15 % del total de las fracturas infantiles. Aproximadamente la mitad de las fracturas de clavícula ocurren en niños mayores de 10 años, y son más frecuentes en varones. Generalmente, la fractura de clavícula se produce por un mecanismo indirecto, tras una caída con apoyo lateral sobre el hombro.
Consideración aparte merecen las fracturas obstétricas de clavícula, con una presentación que oscila entre el 0,3% y 6,3 % de los partos y una mayor relación con alto peso al nacer y partos distócicos. A la exploración es característica la asimetría en el reflejo de Moro. La clavícula puede fracturarse en tres zonas: diafisaria, proximal y distal.

Fracturas diafisarias

Las fracturas diafisarias se localizan generalmente en el tercio medio y son, con diferencia, las más frecuentes (más del 90% del total). Este tipo de fractura puede ser completa pero lo más frecuente es una fractura en tallo verde con mayor o menor angulación.
El tratamiento conservador más habitualmente recomendado es el vendaje en «8» durante 3-4 semanas. Es prácticamente seguro que consolidará y remodelará satisfactoriamente en el curso de los 12-18 meses siguientes a la fractura, sobre todo en niños menores de 6-8 años.


Dentro de las complicaciones las fracturas de clavícula, podemos destacar:
Daño neurovascular.
Compresión traqueo-esofágica
No-unión. Son extraordinarias.

Fracturas de la escápula

Son excepcionales y generalmente se producen tras golpes de extraordinaria violencia en un contexto de politraumatismo, en los que es imprescindible la exploración neurovascular para descartar otras lesiones.
Es excepcional la necesidad de tratamiento quirúrgico y evolucionan generalmente bien con un tratamiento conservador inmovilizando con cabestrillo, durante 3-4 semanas, la extremidad superior afecta.


Fracturas proximales de húmero:
Estas fracturas, que constituyen menos del 1% de todas las fracturas infantiles, pue-den estar localizadas en el cartílago de crecimiento o, más distalmente, en la región metafisaria.


Fracturas de la fisis humeral proximal.

Son casi siempre de tipo I de Salter y Harris (típica en neonatos -lesión obstétrica y en niños menores de 8-10 años) y, sobre todo, de tipo II (en mayores de 10 años y adolescentes).



Fracturas de la metafisis humeral proximal

Son, en cuanto al mecanismo, morfología y comportamiento, similares a las fracturas fisarias. En lo referente a la edad de producción se han encontrado con mayor frecuencia entre los 5 y 10 años de edad. Estas fracturas pueden presentarse en diversas formas, desde el típico rodete, por tanto con mínimo desplazamiento, hasta fracturas completas con mayor o menor desplazamiento pasando por las fracturas en tallo verde.

Fracturas de la diafisis humeral

Constituyen entre el 1 y 3% de todas las fracturas infantiles y entre el 10-15% del total de fracturas humerales.
El mecanismo más frecuente en estos tipos de  trauma directo en las fracturas transversales y una rotación brusca en las espiroideas. En los lactantes y niños pequeños hay que valorar siempre la posibilidad de malos tratos.
El diagnóstico clínico (inflamación, impotencia funcional con o sin deformidad angular) junto con la radiografía convencional nos darán el diagnóstico en la mayoría de los casos. Estas fracturas, como todas las diafisarias, pueden ser en «tallo verde» o completas. El tratamiento casi siempre es conservador mediante inmovilización con vendaje tipo Gilchrist, Velpeau, yeso en «U», o yeso colgante.


Luxación del codo
Se da principalmente en adolescentes (13-14 años de edad) siendo excepcional en niños menores de 8 años. Estas lesiones constituyen alrededor del 5% de todas las lesiones de codo en pacientes esqueléticamente inmaduros.
La gran mayoría (más del 90%) de las luxaciones de codo son luxaciones posteriores.


Fracturas del húmero distal

Son unas de las fracturas más frecuentes a la vez que severas en los niños. De todas las fracturas de los niños, alrededor del 70% ocurren en la extremidad superior y de ellas hasta un 10% en el húmero distal. La severidad de estas fracturas no solo se deriva del trauma en sí necesario para producir la lesión sino de las secuelas tan graves que pueden aparecer si no se realiza el diagnóstico, tratamiento y seguimiento adecuados.

El mecanismo lesional, que además es la base de la clasificación de las fracturas supracondíleas, consiste en un trauma en hiperextensión o en hiperflexión del codo. Las fracturas por extensión son las más frecuentes y se producen tras caídas sobre la palma de la mano en dorsiflexión y el codo extendido.


Video Fx Codo ( seleccione traducción en español)



ANTEBRAZO Y MUÑECA
Fracturas de Monteggia

La lesión de Monteggia, fractura diafisaria cubital concomitante con una luxación de la cabeza radial homolateral. No es una lesión frecuente (2% de las fracturas alrededor del codo en niños). Fue descrita con perfección por Giovanni Monteggia. La fractura de Monteggia tipo I es la más frecuente (70% del total) y consiste en la fractura cubital angulada anteriormente asociada a la luxación anterior de la cabeza radial.
El diagnóstico clínico es de sospecha si conseguimos palpar la angulación cubital y la luxación de la cabeza radial y se confirmará con la radiografía que (esta lesión es una buena lección de esta obligación) debe incluir ambos huesos en su totalidad incluyendo las articulaciones adyacentes (codo y muñeca).


Fractura de Galeazzi

Esta lesión consiste en la fractura radial y la luxación radio-cubital distal concomitante. Es extraordinaria en niños.
La clasificación de Walsh y cols. Considera dos grandes grupos:
Tipo I y Tipo II


Fracturas diafisarias del antebrazo

Las fracturas del antebrazo son las más frecuentes de las fracturas infantiles llegando a representar entre un 45-55% del total y entre un 60 y 65% de todas las fracturas de la extremidad superior.

Aproximadamente el 75% de todas las fracturas de antebrazo ocurren en el tercio distal, el 20% en el tercio medio y solo el 5% en el tercio proximal.
En este apartado nos referiremos a las fracturas de antebrazo de tercio medio y tercio proximal que no afectan la articulación del codo.



Fracturas distales de antebrazo
Fracturas metafisarias de cúbito y radio

Como ya se ha mencionado, el 75% de las fracturas del antebrazo se localizan en su tercio distal, siendo el radio el hueso más frecuentemente afectado. El mecanismo de producción de la lesión es la caída sobre la mano en extensión y antebrazo en angulación entre 45º y 90º.
La clasificación es la siguiente:
Fractura en rodete («Torus fracture»):
Fractura en tallo verde: también típicas del esqueleto inmaduro del niño.
Fractura completa.
La fractura del cúbito puede estar asociada a la del radio en forma de fractura metafisaria, epifisiolisis, en tallo verde y avulsión de estiloides cubital.


Fracturas del carpo
Las fracturas del carpo son excepcionales en los niños.

Fractura de escafoides

Es la más habitual del carpo (87%), aparece en adolescentes y excepcionalmente en niños menores de 10 años, debido a la gruesa capa de cartílago que rodea y protege el núcleo de osificación en esas edades tempranas.
El mecanismo de producción es la caída sobre la mano en extensión y ocasionalmente el traumatismo directo. Las fracturas de escafoides pueden  afectar: al polo proximal (en escasas ocasiones), al tercio medio (25%) y al tercio distal, siendo éstas las más frecuentes en niños (75%).


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